martes, 12 de agosto de 2014



Juan Montalvo


Nació en la ciudad de Ambato el 13 de abril de 1832. Fueron sus padres don Marcos Montalvo y la señora Josefa Fiallos. Inició sus estudios en su ciudad natal, para luego trasladarse a la ciudad de Quito, donde terminó sus estudios secundarios, ingresando posteriormente a la Facultad de Derecho de la Universidad Central, carrera que no logró terminar.

De regreso a su ciudad natal se dedicó a realizar estudios de filosofía, ciencias políticas, historia y literatura general. Recluido en su quinta de "Ficoa" y acompañado por la fragancia de los árboles centenarios, aprendió latín, griego, francés e italiano, a fin de leer a los famosos escritores europeos en su propio idioma. Amante de contemplar la naturaleza y meditar sobre los valores humanos, encontró un sitio propicio en el cálido rincón de Baños en donde pasó gran parte de su juventud.

A los 26 años, el presidente Urbina lo nombró adjunto civil ante el gobierno de Francia. Llegando a París, inicia una vida intelectual intensa, conoce a muchos intelectuales de fama, para aquella época, entre los cuales se destaca Lamartine, a quien en gesto digno de un hijo de esta tierra, le invita a trasladarse a América, donde encontraría un regazo digno de su genio.

Para 1860, al cabo de dos años de permanencia en Europa, regresa la Ecuador y encuentra a Gabriel García Moreno en el poder.

Desde Yaguachi envía una carta al mandatario, en donde le habla de las inconveniencias de la tiranía y de los derechos del pueblo y de los individuos. Luego a través del periódico "El Cosmopolita", inicia una vigorosa campaña contra las acciones de García Moreno, por lo que es desterrado a la ciudad de Ipiales (Colombia), en donde permanece un corto período para luego trasladarse nuevamente a Europa. Estando en este Continente se desencadena la guerra de 1870 entre Francia y Alemania, por lo que tuvo que retornar a Ipiales, ciudad en la cual escribe capítulos que se le olvidaron a cervantes y años más tarde las famosas catilinarias, que tanta fama adquirieron por su demoledora contundencia punzante e irónica, donde la diatriba adquiere tonalidades de sublimidad contra el tirano veintimilla. Asesinado garcía moreno en 1875, pudo retornar nuevamente a su querido ambato, sintetizando en su frase: "mi pluma lo mató" todo una época de lucha contra la tiranía garciana. Con el golpe de estado, por el cual, Ignacio Veintimilla asume el control del país, aparece un militarismo audaz y poderoso. Montalvo nuevamente es desterrado a Ipiales, en donde reaparecen LA CATILINARIAS.
Parte otra vez para Europa, en esta ocasión definitivamente. En España, don Juan Valera, Gaspar Núñez de, Arce y Emilio Castelar, lo postulan para un puesto en la Real Academia de la Lengua Española, postulación que no tiene éxito por la oposición de los conservadores españoles.
Los últimos años los viven en París, hasta que en 1888 es atacado por una enfermedad pleural; nada pudo la medicina de ese entonces y finalmente, el 17 de enero de 1889 muere el "Cosmopolita de América". No sin antes exclamar una frase muy celebre suya: "Un cadáver sin flores siempre me ha inspirado tristeza", por eso antes de morir se vistió de gala.
El Cervantes de América rindió culto a aquella diosa inmortal la Libertad, caracterizado porque sus obras, entre los libros que escribió se destacan: LOS SIETE TRATADOS, CAPÍTULOS QUE SE LE OLVIDARON A CERVANTES, LAS CATILINARIAS, EL COSMOPOLITA, EL REGENERADOR, LA MERCURIAL ECLESIÁSTICA, JUDAS, LA DICTADURA PERPETUA Y GEOMETRÍA MORAL, entre otras empleó el Castellano más puro y bello, injustamente desterrado varias veces y perseguido como ninguno.

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